La neuroimagen o la formación de imágenes correspondientes al cerebro y/o al resto de componentes del sistema nervioso en su totalidad ( central o periférico) es el uso de diversos recursos para obtener una imagen directa o indirecta que permita evaluar la estructura, el funcionamiento o la situación farmacológica del sistema nervioso en un determinado momento.

Los exámenes neuroimagenológicos son de gran utilidad en neurología pediátrica, considerados como una herramienta complementaria al examen clínico neurológico, permitirán detectar cuadros recientes como accidentes cerebrovasculares o traumas craneoencefálicos, cuadros crónicos como malformaciones o tumores e incluso cuadro silentes como patologías genéticas y/o degenerativas.

Los estudios neuroimagenológicos más comunes son: la TAC (Tomografía Axial Computarizada) y la Resonancia Magnética Cerebral. En algunos casos será necesario solicitar el estudio con contraste, lo cual involucra la inyección de un medio de contraste intravenoso luego de haber tomado la imagen simple, ello se realiza con el objetivo de visualizar los vasos sanguíneos e incluso algunas estructuras que no se visualizan sin este tipo de contraste.

Al ser solicitados, realizados e interpretados en el contexto clínico adecuado de cada paciente de manera individualizada pueden llegar a proporcionar información muy valiosa con el propósito de orientar el diagnóstico etiológico de la condición neurológica en estudio.